Revista Americana de Medicina Respiratoria - Volumen 23, Número 1 - Marzo 2023

Obituario

Nicholas P. Rossi (1925/2022)

Autor : Juan A. Mazzei

Hugo Esteva

https://doi.org/10.56538/ramr.RTYE7159

Correspondencia :

Imagen

Nick Rossi, cirujano cardiotorácico, profesor titular de Cirugía y profundo amigo de la Argentina, murió el 5 de noviembre último en Iowa City (IA, EE.UU.), en cuyo hospital universitario había traba­jado la mayor parte de su vida. A lo largo de sucesivas visitas a nuestro país, a partir de los comienzos de la década de 1980, no solo sembró sus firmes conocimientos clínico/quirúrgicos, sino que demostró la profunda modestia de su espíritu científico discutiendo de igual a igual y adoptando conductas en común con quienes estábamos muy por debajo de su altura académica. Es que, así como fue un ávido lector en materia de conocimientos generales, tuvo la singular sencillez –como verdadero hombre culto– de estar dispuesto a aprender siempre más.

Inició su formación quirúrgica en los albores de la cirugía cardíaca, cuando la circulación extracor­pórea se iniciaba en su país. Pero, paralelamente, hizo una muy importante experiencia en cirugía de la tuberculosis y en la torácica general tanto en el hospital tisiológico de Oakdale como en el de Vete­ranos anexo al Iowa University Hospital and Clinics, centro principal de su labor técnica y docente. La naturalidad con que discutía los casos y la sencilla tranquilidad con que operaba eran el testimonio cotidiano de su conocimiento.

Apenas conoció nuestro país adquirió un especial afecto por estas tierras que, seguramente, habrían de evocarle su ancestral carácter italiano. Con esa proverbial modestia, intercambió conceptos y abordó temas nuevos tanto con clínicos como con cirujanos. Además de la disciplina oncológica, su interés por las técnicas funcionalmente menos agresivas en materia torácica fue especial aliento para quienes las intentábamos desarrollar entre nosotros.

Pero más allá, Nick Rossi fue un humanista. Profundo estudioso de casi todo, melómano, particular­mente conocedor de la ópera, distinguido pensador sobre los verdaderos problemas de nuestra cultura, no quedó conforme con una actitud meramente pasiva. En ese orden, y en apoyo de su esposa Helen, estuvo siempre junto a los más necesitados de manera ejemplarmente orgánica en el ámbito de la salud. Pero, además, y de acuerdo con su Fe heredada –a la que cultivó con fineza intelectual y hondo sentido de la verdad– fundó el Newman Catholic Center para los estudiantes de la Universidad de Iowa, donde se esforzó hasta sus últimos días.

Cuando supo de su final enfermedad, que felizmente duró muy poco, se despidió de sus amigos con un breve mensaje: “Gracias por todo”. Expresión de un hombre fuera de lo común.

Compartir Artículo
Galería de imágenes
Mujer joven con afectación pulmonar bilateral y alteración de la conciencia

Autores:

Churin Lisandro
Ibarrola Manuel

img Ir ahora
Esta es una publicación
Open Access