Autor : Alicia Miranda
Academia Argentina de Ética en Medicina. Hospital Español de Buenos Aires
Correspondencia : Alicia Susana Miranda Domicilio postal: Saavedra 1289- CABA- CP 1247 Tel.: 1545584177 E-mail: amirand@intramed.net
Estimados lectores, supongo muchos colegas, muchos docentes y tal vez muchos orientados a los contenidos de Bioética.
Desde hace algunos años, más de diez, me dedico al dictado de contenidos relacionados a la bioética, a la antropología médica, a la filosofía de la ciencia y de la medicina, en fin a las humanidades médicas….
Fui adquiriendo inexorablemente experiencia en el terreno de dictar contenidos y evaluar a los alumnos sobre la apropiación de esos contenidos.
No obstante mi preocupación inicial, la de encontrar el sentido de trasmitir y enseñar “valores”, no perdió incertidumbre porque, a decir verdad, es difícil medir si los contenidos evaluados y aprobados por los alumnos realmente decantan en resultados de formación personal y profesional que conduzcan a médicos o agentes de salud a que sostengan una ética y una vocación necesaria para la actividad que han elegido, nada menos que la de cuidar a un paciente, que es nada menos que un Otro, sufriente, vulnerado y que integra toda la complejidad de una Persona en este caso enferma, y en la que no siempre la enfermedad en sí es su mayor problema, sino su adaptación a la cronicidad de esa enfermedad, a su vida cotidiana y muchas veces a la muerte misma.
En ese sentido fui buceando con los contenidos curriculares en otras maneras de instrumentar mis clases y en un principio esto fue totalmente intuitivo, luego como siempre vamos descubriendo que otros piensan y hacen lo que nosotros hacemos y buscamos, es así que en los últimos años y con más rigor fui utilizando herramientas no convencionales que me dieron desde un punto de vista pedagógico mayores resultados para llegar a mis verdaderos objetivos, y fui encontrando que eran utilizadas en varias instituciones universitarias de distintas partes del mundo.
Hoy sabemos que en el campo de la ética y por su intermedio, en el campo de la salud, de la educación en general y en la política, en todas sus dimensiones, hay un objetivo de máxima que es enseñar a “pensar, deliberar, para alcanzar un nivel madurativo”. Nivel que no es tan frecuente que todas las personas alcancen en una dimensión necesaria para cambiar conductas individuales y sociales.
En la actualidad, hay muchas corrientes que apuntan a pensar cómo enseñar en este sentido y cómo medir este aprendizaje. Con la que me siento muy identificada es la que sostiene y entrena nada menos que un bioeticista de la talla de Diego Gracia Guillen, justamente vengo de compartir con ellos en Madrid un entrenamiento al respecto, que dio luz a los instrumentos que fuimos incorporando acá desde la Sociedad Argentina de Medicina Antropológica con Paco Maglio y la antropóloga Leila Mir Candal. Este seminario me brindó una mayor organización y, desde esos fundamentos argumentativos y de aplicación pedagógica, profundicé la ética aristotélica ligada a la virtud para alcanzar el estado deliberativo que nos forme en la toma de decisiones, es decir herramientas organizadas para entrenar docentes, profesionales, que puedan mejorar el estado de reflexión y de toma de decisiones.
En definitiva, vuelvo a este concepto de formar “personas maduras”.
Creo que esto se logra por lo tanto no dando sólo clases magistrales sobre cómo piensan determinados autores de la talla de Aristóteles, Platón, Kant, Spinoza, Descartes, Le Breton, Levy Straus etc…..sino al sensibilizar a docentes en esta corriente y modalidad de enseñanza para estimular la discusión inteligente en cada caso y según las circunstancias de cada enfermo, tanto en el orden técnico como en el orden humano, también en tanto su contexto.
Entonces, luego de esta introducción, quiero compartir con ustedes el trabajo que venimos realizando en el campo de la educación y que intenta mostrar las herramientas no convencionales utilizadas para la reflexión bioética sobre el concepto de persona, la dignidad y sus alcances morales. Herramientas que utilizamos en materias como bioética, antropología médica, ética aplicada, en las distintas carreras del arte de curar (medicina y tecnicaturas afines) así como en la carrera de filosofía.
Entendemos que en la mayoría de las curriculas escolares primarias y secundarias figuran materias como ética, historia, filosofía, biología, es decir, en el campo de las ciencias y humanísticas, pero los alumnos ya adultos llegan a las carreras terciarias con escasa lectura y análisis crítico sobre el concepto de persona, sin poder desarrollar y profundizar los aspectos antropológicos y morales que determinan su convivencia, y aquellos que atañen al desarrollo de sus distintas profesiones con los desafíos que este siglo trae como consecuencia de los avances biotecnológicos.
El material utilizado en primera instancia ha sido el intuitivo y creativo, a través de composiciones y dibujos libres que realizan en forma manuscrita sobre el tema: “El Cuerpo”, de esta forma los alumnos muestran cuál es su observación y vivencia del mismo, cómo lo interpretan, cómo lo viven, qué es para ellos un cuerpo, su cuerpo, una Persona; y si alcanzan a interpretar como profesionales o como pacientes, por ejemplo en la carrera de medicina, ¿qué son?, una Persona, son un cuerpo, o solamente tienen un cuerpo….
A su vez, se les pide que le soliciten a alguien de su entorno que no esté relacionado a carreras de salud que escriba también una composición libre sobre el mismo tema.
En clase se realiza la lectura cruzada que intenta que visualicen el valor de la comprensión del texto y lo trasladamos a lo que ocurre con la prescripción médica, y que esta dificultad es generadora de iatrogenia. De esta manera observan los obstáculos comunicacionales por falta de comprensión de texto y pueden interpretar que el lenguaje excede a la palabra.
En primer término, buscamos interpretar qué visión tienen de su objeto de estudio, si ven a la Persona enferma o al órgano enfermo, si entienden que la misma se encuentra en un contexto que puede variar su padecimiento.
Observamos en las composiciones, fuerte presencia del concepto cuerpo como “máquina, perfecta”, realizan una descripción anatómica y fisiológica, y casi al final esbozan la presencia del alma o de los distintos estados de ánimo que comportan las actitudes humanas; lejos están de mostrar algún rasgo de socialización a través de sus cuerpos, este aspecto en realidad está presente en las composiciones que realizan a pedido de los alumnos algún amigo o familiar que no estudie o esté relacionado a las ciencias de la salud.
En los dibujos se observa claramente, según el año que cursan, cómo van despersonalizando su objeto de estudio y cuidado, la Persona pierde contundencia, forma, contenido, se resume casi a unas pocas líneas.
Esto impacta a la hora de compartir el material y provoca una profunda reflexión.
Es una herramienta importante para comenzar a estudiar el concepto de persona y cómo se establece la relación médico-paciente.
También realizan una entrevista estructurada con profesionales médicos y antropólogos que pertenecen a la Sociedad Argentina de Medicina Antropológica orientada a estudiar una Historia clínica patobiográfica (si es de interés para los lectores podemos hacer llegar el instrumento de la entrevista, así como ejemplos de composiciones y dibujos).
Se indaga, analiza y busca incorporar la narrativa a la relación médico-paciente, en tanto categoría antropológica de la experiencia social de lo vivido humano. Narrativa que requiere que el médico sea un testigo empático del sufrimiento del paciente y le permita conocer el modo en que los valores culturales y las relaciones sociales moldean la manera en que percibimos nuestro cuerpo, etiquetamos y categorizamos nuestros síntomas corporales e interpretamos las tensiones en el contexto de nuestra vida.
El padecimiento tiene significado y entender cómo obtiene ese significado es entender algo fundamental acerca del mismo, acerca del cuidado y quizás acerca de la vida misma, su interpretación es algo que los pacientes, familiares y médicos necesitan abordar juntos.
Incorporar la narrativa a la ética es el objetivo, como praxis dialógica, que permita lograr una visión crítica del paciente que aliente la confrontación de preferencias y valores, y prevalezca el encuentro humano como elemento fundante en la relación clínica.
Luego desarrollan lecturas y análisis de obras literarias de autores como H. Ibsen (Casa de muñecas), W. Shakespeare (el Mercader de Venecia, Romeo y Julieta, Otelo, etc) L. Tolstoi (su biografía y la muerte de Ivan Irlich), Marco Denevi (Rosaura a las diez, Ceremonia secreta), Griselda Gambaro (La Malasangre), E. Echeverría (El Matadero), José Antonio Marina (Anatomía del miedo, El rompecabezas de la sexualidad) y otros. Aquí tratan de detectar “valores”, cuáles serían para ellos los que están en juego, si coinciden, discuten sobre vida, muerte, sexualidad, salud-enfermedad, justicia, verdad, poder, venganza, libertad, sobre naturaleza y racionalidad, etc.
Se trabaja sobre films como “Mar adentro”, “Hable con Ella”, “Invasiones Bárbaras”, “El jardinero Fiel”, “Los descendientes” etc, para en función de la misma escena observar la diferencia de valores primarios y secundarios para cada uno de los alumnos; en este caso analizan el valor de la vida, el sentido de la muerte, el valor de la conciencia, de esta manera llegan a descifrar la dificultad sobre los dilemas en el inicio de la vida, en el final de la vida, del dolor y del sufrimiento, de la autonomía, de la dignidad.
Así los alumnos toman interés en la lectura, se los induce al trabajo en equipo y a la discusión fluida, se estimula en un nivel académico el análisis sobre problemas y dilemas, y es así que logran pensar estas narrativas desde el lugar contextual, analizar los valores y sus variables según tiempo y espacio, y trasladarlos y revalidarlos o no en las situaciones actuales………..
Por último, y fundamental para la traslación conceptual, se toman textos más específicos sobre bioética, antropología médica, filosofía de la medicina, etc.,
para introducir a los alumnos ya sensibilizados en la lectura de autores que desarrollan específicamente estas disciplinas y ahondar el conocimiento y su aplicación. Autores referidos en la mayoría de las carreras de Medicina y Filosofía.
Se podrá observar cómo reflexionan sobre temas que sienten que no son importantes para la práctica profesional en sí, y qué significa humanizar la profesión.
El resultado es superior a cualquier clase académica formal.
El grado de sensibilización es absoluto y los lleva a buscar luego a los autores que fundamentan las distintas teorías, me atrevería a asegurar que tarde o temprano todos los alumnos comprenden la obligación de prepararse en temas humanísticos para sí, para su crecimiento en tanto Persona y para la aplicación en todas las profesiones actuales y fundamentalmente la medicina de hoy.
En una palabra vamos en un camino de aprendizaje, por decirlo de alguna manera inverso, de lo creativo, práctico y concreto de lo cotidiano a lo argumentativo.
Conflicto de intereses: la autora declara que no tiene conflictos de interés vinculados al artículo.
Lecturas sugeridas
– Bongers W, Olbrich T. Literatura, cultura, enfermedad. Barcelona: Ed. Paidós, 2006.
– Butler J. Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del sexo. Buenos Aires: Ed. Paidós, 2008.
– Comelles J. El regreso de las culturas, en Fernández Juárez, Gerardo (coord.). Salud e interculturalidad en América latina. Perspectivas antropológicas. Quito-Ecuador: Ediciones Abya- Yala, La Paz-Bolivia: Agencia BOLHISPANA, Ciudad Real-España: Universidad de Castilla-La Mancha, 2004.
– Comelles J, Perdiguero E. Medicina y cultura. Estudios entre la antropología y la medicina. Barcelona: Ed. Bellaterra, 2000.
– Chateau D. Cine y Filosofía. Buenos Aires: Colihue, 2009.
– Echeverría R. Ontología del lenguaje. Buenos Aires: Ed. Gránica, 2006.
– Ferrater Mora J. Diccionario de Filosofía. Barcelona: Ariel, 1994.
– Foucault M. Historia de la medicalización e incorporación del hospital en la tecnología moderna. En: la vida de los hombres infames. Ensayos sobre desviación y dominación. Madrid: La piqueta, 1990.
– Gracia Guillen D. Aproximación histórica a la antropología médica. Cuadernos de Bioética. Madrid 1972, pp24.
– Gracia Guillen D. El hombre enfermo como realidad médica. Cuadernos de Historia de la medicina, 1972, 11, pp. 119-12065
– Grimbreg M. El proceso salud enfermedad-atención. Documento de trabajo, facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, 1997.
– Hans B. Antropología de la Imagen. Tercera Edición. Buenos Aires: Katz Editores, 2012.
– Kovadloff S. El enigma del sufrimiento. Buenos Aires: Ed. Emecé, 2008.
– Kuhn TS. La estructura de las revoluciones científicas. Madrid: FCE, 1992.
– Laín Entralgo P. Relación médico-paciente. Madrid: r. de occidente, 1969.
– Enfermedad y pecado. Barcelona: Toray, 1960.
– Le Breton D. Antropología del cuerpo y modernidad. Capítulos IX, X y XI. Buenos Aires: Nueva visión, 1995.
– Levi-Strauss C. Antropología Estructural. Buenos Aires: Siglo XXI, 1980.
– Maglio F. Reflexiones (y algunas confesiones….) Argentina: Propulsora Literaria SRL, 2000.
– Maglio F. La dignidad del otro. Puentes entre la biología y la biografía. Buenos Aires: Libros del Zoral, 2008.
– Maliandi R. Ética. Conceptos y problemas. 4|° Edición. Buenos Aires: Biblos, 2009.
– Marina JA. El Rompecabezas de la sexualidad. Barcelona: Ed. Anagrama, 2002.
– Marina, JA. Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía. Barcelona: Ed. Anagrama, 2006.
– Menéndez E. La enfermedad y la curación. ¿Qué es la medicina tradicional? Alteridades, año 4, núm.7. México: UAM-Iztapalapa, 1994, pp.71- 83.
– Menéndez E. Aproximación crítica al desarrollo de la antropología médica en América Latina, Nueva antropología, vol VII, nº 28. México: UAM-Iztapalapa, 1985, pp.11-27.
– Menéndez E. El modelo hegemónico. Estructura, función y crisis. Morir de alcohol, saber y hegemonía médica. México: UAM-Iztapalapa, 1981, pp. 83-117
– Meeroff M. Medicina Integral. Salud para la comunidad. Argentina: Catálogos,1990.
– Meeroff M. Medicina Antropológica. Buenos Aires: AMA, 1990.
– Ogando Díaz B. Ética y Fotografía. En: www-flickr.com.
– Sontag S. La enfermedad y sus metáforas. Buenos Aires: Muchnik, 1980.
– Weiszäcker V. El hombre enfermo. Una introducción a la Antropología Médica. Barcelona: Miracle, 1956.
– Zubiri X. Siete ensayos de antropología filosófica. Bogotá: Universidad católica de Santo Tomás, 1982.