Autor : Mariana Scrigna1,2,3, Gustavo Plotnikow1,2,4, Viviana Feld1,2,3, DarÃo Villalba1,2,5, Corina Quiroga1,2,4, Valeria Leiva1,2, Facundo Puchulu1,2,3, Eduardo Distéfano1,2, Paulina Ezcurra1,2, Laura Rapela1,2, Romina Pratto1,4, Leandro Moretti1, Augusto Aprea Rudella1, José Luis Scapellato4, Dante Intile4, Fernando Planells1, Diego Noval1, Pablo Buñirigo1, Ricardo Jofré1, Ernesto DÃaz Nielsen1
1ClÃnica Basilea, C.A.B.A, Argentina 2 A.I.R.E. KinesiologÃa Respiratoria, Argentina 3 Hospital de Agudos Dr. I. Pirovano 4 Sanatorio Anchorena, C.A.B.A., Argentina 5 Hospital de Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina
Correspondencia : Mariana Scrigna Domicilio postal: Av. Belgrano N° 4264, Piso 5, CABA, Argentina, CP 1210 Email: marianscrigna@hotmail.com.
Resumen
Objetivo: Encontrar predictores de decanulación en pacientes traqueostomizados y
desvinculados de la asistencia ventilatoria mecánica. Analizar la mortalidad en el centro
de weaning y supervivencia al alta.
Materiales y métodos: Estudio retrospectivo. Se revisaron historias clínicas de
pacientes que ingresaron al centro de weaning entre enero de 2004 y junio de 2011.
Se estudiaron diferentes variables como posibles predictores de decanulación. Se analizó la mortalidad y se realizó seguimiento al alta.
Resultados: Se incluyeron 181 pacientes con una media de 62 años.
Se logró decanular al 44.2% de los pacientes (mediana 20 días).
El análisis univariado encontró 6 variables asociadas al fracaso de decanulación: sexo
masculino, antecedentes respiratorios, antecedentes cardiovasculares, albúmina al
ingreso al centro de weaning, días de internación en centro de weaning y días de internación en Unidad de Cuidados Intensivos + centro de weaning. La regresión logística
encontró como predictores independientes: sexo masculino y antecedentes respiratorios.
En el análisis de regresión logística la decanulación fue un factor protectivo con respecto
a la mortalidad.
El 80% de los pacientes decanulados y el 15,8% de los no decanulados obtuvieron alta médica.
La mediana de supervivencia de los decanulados fue de 45.47 meses y los no decanulados
de 10.87.
Conclusiones: Los pacientes de sexo masculino y aquellos con antecedentes respiratorios se asocian con fracaso de decanulación. Los pacientes decanulados tienen menor
riesgo de muerte durante la internación.
Palabras clave: Decanulación; Traqueostomía; Vía aérea artificial
Abstract
Decannulation after the ICU Stay. Analysis of 181 Tracheostomized Patients
Objective: Find predictors of decannulation in tracheostomized patients and without
mechanical ventilation. A secondary objective was the analysis of mortality in the weaning
center and survival at discharge.
Material and methods: We reviewed, retrospectively, the medical records of patients
admitted to the weaning center with tracheostomy and without mechanical ventilation
between January 2004 and June 2011.
Different variables as possible predictors of decannulation were studied. Mortality at
weaning center and outcomes during follow up after discharge were analyzed.
Results: We included 181 patients with an average age of 62 years old.
Decannulation was carried out in 44.2% of the patients. The decannulation process
took 20 days.
The univariate analysis found six variables associated with decannulation failure: male
gender, respiratory or cardiovascular history, albumin at admission to the weaning
center, days of hospitalization in the weaning center and admission to intensive care
units plus the weaning center. Logistic regression analysis found that male sex and
respiratory history were independent predictors.
Regarding mortality during hospitalization, logistic regression analysis found that
decannulation was a protective factor.
Another finding was that 80% of patients decannulated were discharged; only 15.8%
of the group was not decannulated.
The average survival was 45.47 months among the decannulated patients and 10.87
months for the non decannulated patients.
Conclusions: We found that male sex and a history of respiratory failure were factors
associated with unsuccessful decannulation. Decannulated patients had lower risk of
death during hospitalization.
Keywords: Decannulation; Tracheostomy; Artificial Airway
Introducción
La traqueostomía (TQT) se ha convertido en un
procedimiento habitual en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI)1-6 y se realiza en aproximadamente un 10% de todos los pacientes que reciben
ventilación mecánica invasiva (AVMi)7 y en un 34%
de los que la requieren por más de 48 hs8.
Entre las indicaciones para realizar una TQT
encontramos la ventilación mecánica prolongada,
la incapacidad de manejar secreciones y la necesidad de sortear una obstrucción de la vía aérea
superior4,9-12. Sin embargo, el tiempo adecuado en
que debe realizarse en los pacientes con intubación
prolongada sigue siendo controversial3, 9, 10.
Una de las ventajas de la TQT sobre el tubo orotraqueal es facilitar el traslado a “centros especializados
de weaning y manejo de la vía aérea”. Independientemente de esto, la TQT no deja de ser una vía aérea
artificial, se comporta como un cuerpo extraño dentro
del organismo, y puede ocasionar complicaciones, por
lo cual una vez lograda la estabilidad clínica se debe
priorizar el proceso de decanulación.
Las estrategias específicas para la decanulación
dependen frecuentemente de protocolos utilizados
en cada institución. Esto podría atribuirse a la existencia de una amplia variedad de funciones a evaluar
(la deglución, la capacidad tusígena, la fuerza de los
músculos respiratorios, la cantidad de secreciones,
entre otras) y las técnicas para realizarlas.
La predicción del éxito de la decanulación en el
paciente traqueostomizado es dificultosa debido
al alto número de variables que lo afectan y a la
heterogeneidad de estos pacientes.
Es por ello que el objetivo de este trabajo es
encontrar predictores de decanulación en una
población de pacientes traqueotomizados desvinculados de la AVMi. De manera secundaria se
estudiará la mortalidad en el centro de weaning
(CW) en relación al éxito o fracaso del proceso de
decanulación y la supervivencia al alta.
Materiales y métodos
El presente estudio se realizó en Clínica Basilea,
un centro de rehabilitación médica, neurológica,
ortopédica y respiratoria con unidad de asistencia
ventilatoria mecánica prolongada, de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
El equipo profesional está constituido por
kinesiólogos especialistas en cuidados respiratorios, kinesiólogos especialistas en rehabilitación
neuromuscular, terapistas ocupacionales, psicólogos, fonoaudiólogos y nutricionistas, además de
médicos neumonólogos, intensivistas, cardiólogos,
neurólogos, traumatólogos y fisiatras.
Selección de pacientes
Incluimos para nuestro análisis a todos los pacientes que ingresaron al CW traqueotomizados sin requerimientos de AVMi, en el período comprendido entre enero de 2004 y junio de 2011, con un
seguimiento hasta diciembre de 2011 inclusive.
Se eliminaron aquellos pacientes que durante su
internación requirieron de AVMi.
Recolección de datos
Se confeccionó una base de datos de la que se extrajeron para el análisis como posibles predictores
de decanulación: edad, sexo, antecedentes personales, motivo de ingreso a UCI, días de internación,
de intubación endotraqueal y de AVMi en UCI,
albúmina al ingreso al CW, días de internación y
la cantidad de cambios de cánulas que requirieron
durante su estadía en el CW.
Para el análisis de la supervivencia al alta, la
información fue obtenida por contacto telefónico
por uno de los investigadores durante los meses
de enero a marzo de 2012.
Proceso de decanulación: protocolo
El CW posee un protocolo para la evaluación del
paciente en proceso de decanulación. En este se
valora la tolerancia al tapado de la cánula de TQT
con previo desinflado del balón, la competencia del
paciente contra la aspiración, la capacidad tusígena
y el manejo de secreciones, la tolerancia a la adición
de espacio muerto de la vía aérea superior y su permeabilidad mediante una fibrobroncoscopía previa
a la decanulación. (Ver apéndice en versión online)
Se definió:
“Éxito de decanulación”: aquel paciente que
logró ser decanulado y no requirió de la TQT con
posterioridad durante su internación en el CW.
“Fracaso de decanulación”: aquel paciente que
al momento del alta del CW o al cierre del estudio
permanecía con su vía aérea artificial.
“Recanulación”: la necesidad de colocar nuevamente la cánula de TQT debido a un episodio
agudo (Ej: necesidad de AVMi, alteración del estado ácido base que no responde con ventilación
no invasiva, etc).
Análisis estadístico
Se utilizaron medidas descriptivas según su distribución. Las variables de distribución normal
se compararon con t test y las de distribución no
normal con test no paramétricos (U test de Mann-Whitney). Las probables variables predictoras se
incluyeron en un modelo de regresión logística. La
supervivencia de los pacientes se analizó con curva de Kaplan-Meier. Se consideró significativo a un
valor de p ≤ 0,05.
Resultados
Se revisaron 226 historias clínicas de pacientes que ingresaron al CW con TQT sin requerimiento de AVMi, 45 pacientes fueron eliminados por requerir AVMi durante su internación. De los 181 pacientes incluidos para el análisis, 119 eran hombres y el promedio de edad fue de 62 años. Las características de la muestra se encuentran en la tabla 1.
Ant: antecedentes. EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica. CRM: cirugía de revascularización miocárdica. AVMi: asistencia ventilatoria mecánica invasiva. IOT: intubación orotraqueal. UCI: unidad de cuidados críticos. CW centro de weaning. % porcentaje. N número total #Valores expresados en promedio y rango. * Valores expresados en mediana y RQ. ∞ Valores expresados en promedio NS no significativo
Se logró decanular al 44.2% (n = 96) de los
pacientes, para lo que se requirió de una mediana
de 20 días (RQ 10-43) una vez ingresado al CW.
Solo 3 pacientes (3.75%) fueron recanulados en
un promedio de 2 días luego de su decanulación.
El 80% de los pacientes decanulados alcanzó el
alta médica con una mediana de días de internación
menor a 60, y solo el 15.8% del grupo no decanulado lo logró con una mediana de 85 días (Tabla 2).
El análisis univariado encontró 6 variables asociadas al fracaso de decanulación: el sexo masculino (p = 0.017), antecedentes respiratorios (p = 0.04), antecedentes cardiovasculares (p = 0.016), la albúmina al ingreso al CW (p = 0.022), los días de internación en el CW (p = 0.0001) y los días de internación en UCI+CW (p = 0.002). Sin embargo, la regresión logística encontró como predictores independientes al sexo masculino (p = 0.014 OR 2.25; IC 1.18-4,29) y los antecedentes respiratorios (p = 0.03 OR 2.38; IC 1.08-5.23) (Tabla 3).
No se encontró diferencia estadísticamente
significativa en la comparación entre las presiones
estáticas máximas de ambos grupos. La mediana de
Pimax fue 70 cmH2O (RQ 60-80 cmH2O) y de Pemax
de 60 cmH2O (RQ 38-80 cmH2O) para el grupo de
pacientes decanulados. Dentro del grupo de pacientes que fracasaron en la decanulación, la mediana
de Pimax fue 78 cmH2O (RQ 54-80 cmH2O) y la de
Pemax 45.5 cmH2O (RQ 38.5-60 cmH2O). Tampoco
se encontraron diferencias cuando se compararon
los resultados de los estudios fibrobroncoscópicos.
La mediana de supervivencia de los que fracasaron en la decanulación fue de 140 días. No
se calculó la mediana de supervivencia de los
decanulados, porque más del 75% estaban vivos
al finalizar el seguimiento.
En relación a la mortalidad durante la internación, en el análisis de regresión logística se encontró que la decanulación es un factor protectivo
(p = 0.0001 OR 7.51; IC 2.77 – 20.38) (gráfico 1).
Mediante llamado telefónico se logró contactar a 68 de los 96 pacientes que lograron el alta médica. La mediana de supervivencia entre los pacientes decanulados fue de 45 meses (IC 15.1 a 75.1) y de los no decanulados de 11 (IC 2.1 a 19.6) (p = 0.004) (gráfico 2).
Discusión
La decanulación es un paso importante dentro
de la recuperación de los pacientes críticamente
enfermos. Además de las evaluaciones realizadas
para valorar la posibilidad de decanulación en
un protocolo, podrían existir otras variables no
relacionadas con la vía aérea o función pulmonar
que podrían influir en el proceso de decanulación.
Dentro de la bibliografía consultada respecto
al tema encontramos pocos trabajos que hayan
buscado la relación entre las variables estudiadas
en este estudio y el proceso de decanulación.
En nuestra población obtuvimos un 44.2% de éxito de decanulación, para lo que se requirió de
una mediana de 20 días. Si lo comparamos con
otros trabajos realizados en CW, O’Connor et al.1 publicaron un 35% de pacientes decanulados para lo
que se requirió de una mediana de 45 días, aunque
su población presenta un bajo número de pacientes
neurológicos en relación a la nuestra. Mackiewicz-Nartowicz et al.14 llevaron a cabo un estudio realizado en un CW con pacientes neurológicos, en donde
presentaron un 31% de pacientes decanulados, con
un amplio rango de días para decanular que fue
desde 1 a 389 semanas. También Scheinhorn et al.15 documentó un 31% de decanulados en un estudio
multicéntrico de 1419 pacientes. Sin embargo, ninguno de estos trabajos define éxito de decanulación.
No tenemos con precisión los motivos del fracaso
de decanulación (no llegar a decanularse) pero
pueden estar asociados a abandono del protocolo
por reagudización y derivación a UCI, o por fallecimiento. Por otro lado, cualquier situación que no
permita avanzar en el protocolo, a saber, no tolerar
la oclusión de la cánula de traqueotomía a pesar
de reducción del diámetro, presentar aspiración en
el blue test de tinción de la saliva, no poseer una
tos efectiva previa a la decanulación o requerir
aspiración frecuente de secreciones pudieron ser
causales de fracaso de la decanulación.
En nuestro estudio no se excluyeron del análisis
a los pacientes con enfermedad terminal, enfermedad neuromuscular progresiva, ni a los que
no lograron el alta al cierre del seguimiento. De
haberlos retirado de la muestra, quizás nuestro porcentaje de éxito en la decanulación hubiera
sido más elevado.
Además, debemos considerar que si bien el 52.4%
de nuestra población corresponde a pacientes neurológicos, también son estos los que se llevan el mayor
porcentaje de éxito en la decanulación.
El porcentaje de recanulación encontrado en
nuestra población se encuentra dentro de los valores publicados por Stelfox et al.5, 7.
De acuerdo a nuestros resultados, alrededor del
50% de los pacientes que no se logran decanular
fallecen o se derivan antes del mes, lo cual acota
el tiempo de trabajo para la decanulación en este
grupo, en contraste con los decanulados donde la
mayor parte de los pacientes alcanza el alta médica.
Menos de la mitad de los pacientes incluidos en el
estudio de Scheinhorn et al.15 se encontraban vivos
al año del alta, en nuestro estudio este resultado se
asemeja al grupo de pacientes que fracasaron en la
decanulación, sin embargo, el grupo que se decanuló tuvo una mediana de supervivencia mayor a los 3 años.
La limitación principal de nuestro estudio radica
en que al ser un análisis retrospectivo los datos se
limitan a aquellos que fueron documentados, por lo
que quedan variables como el estado de conciencia,
la valoración funcional y el body mass index para
tener en cuenta en futuros trabajos. Desconocemos
lo que sucedió con los pacientes que fueron derivados por reagudización debido a que no les hemos
realizado seguimiento. El hallazgo en el análisis
univariado de la asociación de valor de albúmina
al ingreso y la decanulación nos lleva a incluir
en trabajos futuros otras variables o marcadores
del estado nutricional de los pacientes al ingreso
y durante la internación, aunque datos de la estadía en la UTI siguen siendo de difícil obtención
(ejemplo, días de internación hasta el comienzo
de la alimentación enteral). No contamos con valoración funcional al ingreso al centro de weaning
(Barthel, MRC, etc) por lo que no sabemos cómo era
la capacidad funcional al ingreso de los pacientes.
Conclusiones
Se encontró que los pacientes de sexo masculino y aquellos con antecedentes respiratorios
(previos al ingreso a UTI, que pudieron estar
asociados o no al ingreso a UTI) se asocian con
falla en la decanulación.
Independientemente del tiempo que demanda
el proceso de decanulación, alcanzamos un alto
porcentaje de pacientes desvinculados de su vía aérea artificial al comparar nuestros resultados
con los de otros estudios.
El éxito de este proceso se reflejó en la baja
mortalidad dentro del CW y la mayor supervivencia
al alta. Por esto, creemos necesario implementar
todos los medios a nuestro alcance para conseguir
la decanulación.
Apéndice
Protocolo de desinflado de balón- decanulación
Cuidados respiratorios –Clínica Basilea
Materiales necesarios: jeringa de 10 cm3, colorante azul, sonda de aspiración, válvula unidireccional o tapón, oxímetro de pulso.
Posicionar correctamente al paciente. Puede estar sentado en la silla o acostado en la cama a más de 45º. Siempre la maniobra debe realizarse en la habitación del paciente y con los materiales necesarios.
Aspirar el material acumulado por encima del balón; a través del catéter de aspiración subglótica si lo tuviese, o a través de la orofaringe. Aspirar las secreciones de la VA a través de la cánula de traqueotomía.
Colocar aire comprimido/O2 por sonda de aspiración subglótica (re-sensibilizar la zona al pasaje de aire por VAS)
Desinflar el balón de la cánula con la jeringa de 10 cm3. hasta sentir la presión negativa que se opone a la separación del émbolo.
Una vez que se haya corroborado el completo desinflado del balón, comprobar la permeabilidad de la vía aérea superior tapando la cánula de traqueotomía. En esta condición se evalúa la calidad de la voz, la tos, la facilidad con la que el aire atraviesa la vía aérea superior (presencia o no de estridor espiratorio/inspiratorio) y la mecánica respiratoria.
Por último realizar una oximetría de pulso. Si los valores son adecuados (> 90%) tapar la cánula con tapón o válvula unidireccional (de ser posible elegir siempre en primera instancia tapón). Retirar el aire comprimido/O2de la aspiración subglótica.
Una vez realizados todos los procedimientos antes descriptos, con el paciente sentado en la silla o acostado en la cama a más de 45º, pintar la lengua del paciente con 0.5 ml de colorante azul. Evaluar a los 10’ y a la hora presencia de azul por VA o pericánula.
No presencia de azul (BT negativo): repintar con 0.5 (de ser necesario) y reevaluar en posición supina y luego por la noche (en el transcurso del día).
- Repetir BT durante 3 días en las 3 posiciones.
- Al cabo de 72 horas continúa BT negativo colocar cánula Biesalski (opcional)
- A la semana se procederá a la decanulación.
Presencia de azul: restituir ventilación a través de cánula de traqueotomía (destapar cánula, reinflar el balón y colocar O2 de ser necesario) y reevaluar en 72hs.
- Evaluar la posibilidad de cambiar tapón por válvula unidireccional como método para
ocluir la cánula.
- Evaluar posibilidad de disminución del diámetro de la cánula.
- Evaluar la posibilidad de utilizar tapón traqueal.
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflictos de intereses en la elaboración de este trabajo científico.
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